Viaje de observación de aves a Bulgaria – Primavera 2016

pigargo21De repente, replegándose sobre sí misma, la bandada de pelícanos se transforma en un tumulto de alas, y las aguas en un hervidero de batidos y pataleos desesperados. Abriendo en canal el grupo, la silueta formidable del pigargo europeo… (7-5-2016).

telesTarde del 2 de mayo. Recupero mi primer telescopio terrestre del trastero desvencijado de casa de mi abuela. El viejo Opticron que allá en los ochenta del siglo pasado teníamos que pedir a Inglaterra porque aquí aún no se comercializaban. Venía con el aura de ser el telescopio «oficial» de la RSPB para la vigilancia de nidos de halcón peregrino… ¡Y cuántos halcones y tantas otras aves (y otros animales) pasaron por sus lentes! Hasta que lo cambié veintitantos años después por un modelo moderno. El viejo telescopio se quedó para los viajes largos, por lo ligero y porque duele menos si se «pierde».

3 de mayo. Por fin llegó el día. De madrugada, emprendemos vuelo hacia Bulgaria, a recorrer el país de Oeste a Este, y viceversa, en busca de las aves más exclusivas de la Europa oriental. Ocho días para explorar desconocidas montañas, bosques, praderas, costas y humedales. Hasta ese momento tierras de leyenda.

Partiendo del aeropuerto de Valencia, la Albufera queda enseguida a vista de abejero europeo, de cualquiera de los miles que cruzan estos días la Península de regreso de sus cuarteles de invierno africanos. Pronto aparece Ibiza, enharinada de distancias. A continuación el archipielago de Cabrera, pardo y blanco, esta vez a vista de rareza ornitológica traída por el Levante. Y Mallorca, Cerdeña, Italia de lado a lado de la caña alta de la bota… Y toma de contacto con la península Balcánica por las costas albanesas. Rasgamos la borrasca en nuestro descenso y aparece Sofía, tendida, entre jirones de nubes, sobre la llanada verde a los pies del murallón de cima nevada de los Balcanes altos. Tocando tierra, la primera ave: un cernícalo vulgar.

En el aeropuerto, el contacto de la agencia nos presenta al guía local, Mitko Petrakiev, que desde aquí recomiendo a toda persona interesada en viajar a Bulgaria a ver aves, por sus conocimientos amplios y precisos y su excelente profesionalidad. Y nos reunimos por vez primera el grupo de viajeros, ya amigos para siempre, que emprendemos esta aventura: Nuri, Antonio, Pedro y quien esto escribe.

Mapa del tour por Bulgaria3-9 de mayo. La misma mañana de nuestra llegada emprendemos viaje hacia el Este, en un largo recorrido que nos llevará a Krumovgrad, en los Ródopes; las colinas de Sakar, en torno a Topolovgrad, la «capital» del águila imperial oriental; Burgas y el Cabo Emine, en las costas del Mar Negro, sobre las que discurre la vía póntica, una de las principales rutas migratorias de las aves planeadoras por el este de Europa, donde llegamos en plena apoteosis migratoria. Y regresamos hacia el Oeste por las llanuras de la Tracia superior, deteniéndonos en Gabareno, recorriendo el Valle de las Rosas y ascendiendo a las cumbres de los Balcanes. Con estancia final en el bello pueblo de Mirkovo. El 10 de mayo tomamos el vuelo de regreso a casa.

Es cierto. Cuanto sucedió en esos días, los avistamientos de aves y otra fauna, los impresionantes paisajes, la geografía humana, los replanteamientos y reflexiones, las aventuras vividas, merecen una exposición más detallada… Pero eso será otra historia.

Pico sirio

Pico sirio

Pito cano

Pito cano

Adelantamos, al menos, que entre las 179 especies de aves observadas, destacan las siguientes: águila imperial oriental, águila pomerana, pigargo europeo, busardo moro y de estepa, aguilucho papialbo, cernícalo patirrojo, pelícano ceñudo y común, cormorán pigmeo, perdiz chucar, correlimos falcinelo, archibebe fino, pito cano, pico sirio, trepador rupestre occidental, alcaudón chico, papamoscas semiacollarado y acollarado, collalba isabel, collalba rubia oriental, ruiseñor ruso, zarcero grande y zarcero pálido oriental, carricero políglota, curruca gavilana, curruca zarcerilla, curruca mirlona oriental, mosquitero oriental, carbonero lúgubre, corneja cenicienta y escribano cabecinegro.

AGRADECIMIENTOS

Finalmente, toda mi gratitud a mis compañeros de ruta y amigos, Nuria, Antonio y Pedro. A Mitko, nuestro excelente guía. Y a Luis Carro, de senderismoeuropa.com, por haber hecho posible este magnífico viaje, que recomiendo encarecidamente, y que organizan de forma personalizada tanto en primavera como en verano e invierno.

Más sobre este viaje en: este artículo de Nuria Ferrer.

Collalba isabel

Collalba isabel

Carbonero lúgubre

Carbonero lúgubre

 

pelicano-cenudo

Pelícano ceñudo

Escribano cabecinegro

Escribano cabecinegro

Papamoscas acollarado

Papamoscas acollarado

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